miércoles, 27 de enero de 2010

COCHINA TRANCADA EN MEDIO DEL APAGÓN

OSCAR ANDRADE ESPINOZA
- Gelasio, pasame la cervecita, que estoy seco, solicitó Pedro en medio del sofocón, durante una partida de dominó que se jugaba a oscuras, por el racionamiento eléctrico.
- Ya va, Pedrito.
- Bueno, Jorge, ¿cómo estáis haciendo con estos apagones?. El loco ése como que va a dejar esta medida así, por todo el año, porque el Guri y que está casi sin agua y por eso la planta no va a funcionar más -alegó Pedro-.
- Cónchole, en la casa la mujer mía pone las velas, pero ésas están caras, el guajirito que pasa por el barrio las vende a dos bolívares fuertes cada una. Dale, Chinco.
- Bueno, nosotros somos más prácticos. Mi mujer, los muchachos y yo nos vamos a las 7 de la noche a casa de que la hermana, porque allá hay luz. Cuando son las 9, volvemos a nuestra casa, cuando vuelven a poner la energía allá.
- Tomá la cerveza, Pedro. En mi casa hay luz en la noche. ¿Por qué no fuimos a jugar dominó allá?, en vez de estar gastando las pilas en la linterna ésta -dice Gelasio-.
- Ah, porque la cuaima tuya y que no nos soporta, Esa mujer se pone histérica porque y que somos desordenados, además, ¿qué tiene de malo mi casa?, replica Jorge.
- Casi, nada, que este barrio es peligroso, responde Chinco, al tiempo que pone la ficha de dominó.
- Ah, pero aquí hace fresco, dentro de lo que cabe, en las casas de ustedes hace mucho calor, porque es cerrado.
- Concha, Chinco, me la pusiste difícil -manifiesta Pedro con preocupación-.Yo paso. Te toca, Gelasio.
- Ah, vértiale, Pedrito, ahora sí es verdad que perdimos. Me quedan dos piedras -acota su compañero de juego, Jorge-.
- Ya, va, Pedro, concho, yo también paso. Dale, Jorgito, pide Gelasio.
- Ah, mieeee. No qué va, no tengo.
- Bueno, se trancó el juego, ¿a quién le quedó la cochina?, grita Chinco.
- Y esta vaina tan oscura. La próxima vez, vamos a jugar a que Gelasio. Decile a la mujer tuya que se vaya con los pelaos a casa de la suegra, para que juguemos hasta la madrugada, apela Pedro.
- Será pa' que le dé un infarto a mi cuaima...

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