Los deseos de pasear de una ciudad a otra; de ir a la playa con la novia o la esposa; de movilizarse con prontitud en una ciudad grande, se desvanecen frente a la página de anuncios clasificados. Para adquirir un vehículo, útil para las tres situaciones descritas, no sólo es preciso lograr un título universitario ("para ser alguien en la vida") y ejercer una profesión; se requiere un esfuerzo inenarrable, porque es casi imposible tener de inmediato al menos cuarenta millones de bolívares antiguos (cuarenta mil bolívares de hoy) para hacerse de un catanare (carro viejo), como por ejemplo un Ford Festiva 2001 o un Laser de 1996.
Aunque en Venezuela muchos ahorran, por lo general gastan el sueldo en comida, arreglos de la vivienda y deudas -más de las veces-. Se trata de un factor que incide en la casi imposibilidad para muchos de comprar, por ejemplo, un Ford Fiesta 2002, a 49 mil bolívares fuertes, un Cavalier de 1998 a 48 mil, o un Corsa 2001 a 54 mil bolívares. Y esos ahorros se invierten en los estrenos del 24 y 31, pintar la casa y uno que otro imprevisto -daños de artefactos eléctricos, entre otros-.
Para hacerse acreedor de un Chevrolet Spark 2007, que cuesta 55 mil bolívares; un Corsa de 2005, al mismo precio, o un Ford Ka, en 59 mil bolívares, habrá que solicitar un crédito en el banco y los intereses no son nada generosos, dejan a las familias con el agua al cuello, por lo onerosos.
Pedro soñaba todos los días con un Ford Fiesta Power, pero al buscarlo en los clasificados, despertó: ¿de dónde sacaría Pedrito 68 mil bolívares para buscar el cochecito y salir volando a la casa de la novia, para llevarla al cine o a la discoteca?.
Y no piense -a menos que sea un potentado- en tener una Toyota Terios -como la de la gráfica-. Los precios varían, de acuerdo con el modelo. La más viejita -2003- se puede comprar en 63 mil bolívares. Del 2004, en 75 mil; del 2005, en 83 mil.
Las Terios de 2008 se pueden obtener a 130 mil bolívares y las del año siguiente, a 155 mil. Las del presente año: se acercan a los 160 mil bolívares. Y ni hablar de las de 2011...
A seguir caminando... a no ser que gane el premio mayor de la lotería, trabaje diez veces más para ganar lo suficiente y comprar el carro... o ejercer la misma profesión de El Capo.
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