Ángel Rodríguez es conocido en Anzoátegui como luchador social, pero carece de experiencia para conducir los destinos del nuevo ministerio
Oscar Andrade Espinoza
Tarea difícil para el ministro de Energía Eléctrica, Ángel Rodríguez. Si bien es cierto que presidió la Comisión de Energía y Minas de la Asamblea Nacional por varios años, desconoce los rudimentos necesarios para precisar cuáles son las fallas puntuales del servicio eléctrico, con el fin de establecer soluciones adecuadas, porque él no es ingeniero.
Manifestantes del estado Anzoátegui (donde él ha hecho vida parlamentaria y de lucha social) expresaban a través de medios televisivos que la designación del ahora ex-diputado es igual a poner en manos de un albañil la cirugía de un enfermo del corazón...
¿Quién asesorará a Rodríguez, como ministro de Energía Eléctrica?. ¿Los cubanos?. ¿Estará a la altura de estas altas funciones?. ¿Lo enviaron al matadero?.
Manejo inapropiado
Las medidas tomadas por el gobierno para resolver la crisis en el servicio eléctrico son demasiado pragmáticas. Privar el uso de energía eléctrica a los centros comerciales, estadios de fútbol e incluso a las luces artificiales de Navidad (como los casos de la Cruz del Ávila y cuidado si la virgen del Amparo, en Maracaibo) ha sido la determinación de quienes rigen el país y son resoluciones similares a lo que ocurre en Cuba, donde de noche es poco el uso que se da en el alumbrado público y en el Malecón de La Habana, que permanece oscuro.
Lo adecuado sería atacar las fallas en el sistema de generación, invertir en mejoras sustanciales en las líneas de transmisión, en las plantas y transformadores que están a punto de reventar, en caso de no ponerse a tiempo el coto necesario.
La prolongada sequía que ha incidido en el poco caudal de agua en el embalse de Guri -del cual depende el país en cuanto a funcionamiento eléctrico- y el deplorable estado del sistema eléctrico, han sido las causas por las cuales la electricidad falla como nunca.
Como consecuencia de esta irregularidad, se han fomentado protestas en varias ciudades venezolanas, sin lograr la respuesta de los organismos competentes, porque en el caso de Maracaibo, ENELVEN estaba cerrado, en lugar de delegar un funcionario para que tomara nota y se canalizaran las inquietudes del colectivo.
La tarea que tendrá Ángel Rodríguez es como aquél que piloteará un Airbus sin tener idea de lo que hará al tratar de despegar del aeropuerto... QUE DIOS SE APIADE DE VENEZUELA, cuando la electricidad cese sus funciones y los "cortes programados" sean más largos de lo usual.
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