lunes, 19 de octubre de 2009

¿HARÁN FALTA PROFESORES COMO ARTURO MÁRQUEZ?

Oscar Andrade Espinoza
"Buenos días. Si llegan al aula después de mí, se quedan fuera. Estudiarán todos los días, porque yo sólo hago exámenes sorpresa.
Cero risitas, cero chalequeo; aquí nadie se copia.
Soy Arturo Márquez y seré su profesor".
Palabras de un actor en comercial de televisión sobre una malta, reflejan la rigidez de algunos docentes, rigurosidad que se entiende porque, en algunos casos, se pretende que los alumnos adquieran conocimiento y en otros, es la consecuencia de lo aprendido de los profesores que le dictaron clases (fueron severos con él).
Quizá el profesor Márquez no sea el único caso en Venezuela, de un educador que se valga de su recio carácter y de su manera de imponer reglas, para que los alumnos no se anden con guachafitas o tomadera de pelo durante la clase.
No se trata de justificar la conducta de estos docentes estrictos, pero lamentablemente, según han reseñado, en fecha reciente, medios impresos del estado Zulia, hay alumnos que se valen de la internet para plagiar trabajos, "cortar y pegar" de páginas web como monografias.com, elrincondelvago,com o wikipedia.es, entre otras, para reseñar como "propios" lo tomado de esos sitios virtuales, en los trabajos asignados por el profesor.
Todavía pervive el caletre, esto es, leer repetidamente lo que dicen los libros o los apuntes de clases, memorizarlo y repetirlo como si fuera un loro, sin entender a ciencia cierta el significado de lo memorizado.
Aún ciertos estudiantes se copian en las pruebas, llevan chuletas, algunos logran veintes de mentira (no por mérito propio, sino por copiarse), otros obtienen calificaciones medias o bajas, en suma, no aprenden lo suficiente de las asignaturas en primaria, bachillerato e inclusive, en la universidad.
Pero para revertir esta situación -misión harto difícil a corto plazo-, ¿será necesario que existan en Venezuela mil o diez mil profesores Arturo Márquez?, quienes no dejan que sus alumnos se copien en los exámenes, realizan pruebas sorpresa, no admiten risitas o tomadera de cabello en la clase o exigen a sus discípulos que estudien todos los días.
¿Será la "educación bolivariana" (LOE) la panacea? (de la Ley Orgánica de Educación no hablará este espacio virtual, hasta tanto el autor se documente suficientemente de este precepto legal, recientemente aprobado).
No es tan sencillo quitar el hábito a alumnos que se copian de internet o crearle costumbre de estudiar los libros y las clases con ahínco, para que aprendan de verdad, sin embargo, una "combinación" de un profesor Márquez con otro docente no tan severo (eso sí, que no sea pelele, sino firme pero flexible) podría ser una alternativa en lo inmediato, para lograr que, al menos en cantidades paulatinas, estudiantes comprendan clases y textos de literatura, matemáticas, biología, castellano, geografía, historia, filosofía, inglés y otras asignaturas fundamentales para la vida, para la carrera universitaria. La familia también es importante en el proceso enseñanza-aprendizaje, deben ayudar a sus hijos, sobrinos, ahijados, hermanos, familiares, pero inculcándoles el valor de estudiar, de aprender, sin mentiras, sin chuletas.

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