lunes, 28 de noviembre de 2011

Anaqueles vacíos

COMIENZA EL DESFILE
OSCAR ANDRADE ESPINOZA
Después de la aprobación y posterior publicación en Gaceta Oficial de la Ley de Costos y Precios Justos, hay muchos temores. Porque de acuerdo con ese instrumento legal, ahora será el Estado el que "vigilará" los costos de cada producto que se fabrica y cultiva. Del precio de lo que se produzca, debe tener conocimiento el gobierno, para que este mismo gobierno sea el que diga cuánto debe costar un bien.
Significa que se terminará, y ahí está el temor, con esas ganancias de quienes ofertan al detal. Prácticamente no se le ganará nada a productos como las máquinas de afeitar, el agua mineral, jugos de frutas, cloro, detergentes, lavaplatos líquido, limpiadores, champú, desodorantes, acondicionadores (enjuagues), papel higiénico, pañales desechables, ceras, desinfectantes, crema dental, toallas sanitarias, enjuagues bucales y suavizantes para ropa, productos cuyos precios fueron congelados, en virtud de esta Ley de Costos.
Historia de controles
Después de haberse incrementado el precio del dólar a más de 1 mil 200 bolívares (de los antiguos), hace aproximadamente nueve años, comenzaron a registrarse aumentos de precios de varios productos. Posteriormente, vuelve a  darse otro incremento del dólar, que lo acercaba a los 1 mil 600 bolívares viejos, situación que indujo al gobierno a estipular el control de cambios y con ello fijar el precio del dólar y controlar la entrega de divisas para importaciones.
Además, para entonces, se determinó un control de los precios de varios productos, por lo que se ha iniciado, desde hace nueve años, la escasez de artículos como la leche, el azúcar, el arroz, el aceite, la harina precocida, el papel higiénico, entre otros, cuyos precios, en el mercado negro (buhoneros u otros negocios) suelen ser el triple...
Se ha demostrado que cuando existe un "control" del precio de los productos, éstos comienzan a escasear, verbigracia, el café, regulado en 37,56 el kilo, que fácilmente se puede hallar en 50 bolívares en el mercado de buhoneros, y la leche, que a pesar de ser fijado su precio en 27 bolívares el sobre de kilo, en el mercado negro se consigue a 70.
Así, comenzó el desfile. De las máquinas de afeitar, el agua mineral, los jugos, el cloro, desinfectantes y la crema dental. A no ser que cualquier mortal venezolano pague el cuádruple por estos productos en el mercado negro, habrá que afeitarse con cuchillo, beber agua del pozo, abstenerse de tomar jugo, lavar la ropa en el jagüey, limpiar el piso con pura agüita y cepillarse con bicarbonato, como en los viejos tiempos...

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