OSCAR ANDRADE ESPINOZA
De un tiempo para esta parte, diciembre se convierte en un dolor de cabeza. Comprar el juguete deseado al hijo es tan difícil, hoy en día, como hallar azúcar en el primer supermercado visitado.
Los precios de los juguetes superan hasta diez veces el presupuesto familiar, a pesar de las pingües utilidades.
Nadie cree que un computador de juguete cuesta más de 400 bolívares fuertes, cuando, según el ministro del Poder Popular para el Comercio, Eduardo Samán (gráfica inferior), ese mismo artefacto debería valer, cuando mucho, 80 bolívares fuertes, por cuanto el precio se corresponde con el costo del dólar a 2,15 bolívares.
No justifica Samán, aunque se importen con dólares a precio superior a los 2,15, que un carrito eléctrico grande tenga costo superior a los tres mil bolívares fuertes (tres millones de aquellos, según Eladio Lares), pues con el dólar al precio correspondiente ese carrito debe valer tan sólo un mil 300 bolívares.
Dice que a través de ferias de juguetes (cuyos lugares se conocerán en su momento) serán vendidos esos juguetes a los precios correspondientes, según Samán, un 70 por ciento menos que en las jugueterías y establecimientos regulares.
Así, los papás y las mamás no tendrán excusa para complacer a Jaimito con el robocito que se parece a Pokemon o la muñeca que habla y llora para Esthercita.
Ah, pistolitas, soldaditos o tanquecitos no están a la venta. Recuerden que los juguetes bélicos no serán ofertados, en atención a la Ley contra los Juguetes Bélicos, próxima a aprobarse.
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