El periodista de la cadena televisiva Al Baghdadia, de Irak, Muntadhar Al Zeidi, el mismo que tuvo el atrevimiento de lanzar un par de zapatos al entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, razón por la cual fue apresado durante la accidentada rueda de periodistas que se desarrolló un 14 de diciembre en ese país; salió diez meses después de prisión y ahora se convierte en una ejemplo a seguir.
Cualquiera no se atrevería a arrojar aunque sea un zapato a un presidente; mucho menos en este país, porque detrás del presidente hay quienes (además de los escoltas) están dispuestos a agarrar a aquel que ose tirar un Reebok o un Timberland al gran cacao y entrarle a puñetazo limpio.
Sin embargo, el periodista iraquí es ejemplo a seguir, por su valentía; ¿tendrán esa valentía quienes en Venezuela adversan al actual gobierno?. No es fácil el ejercicio de coraje aquí, porque quienes mandan tienen tomados por los cuernos los poderes públicos; pregúntenle a Iván Simonovis, Lázaro Forero, Henry Vivas, Gustavo Azócar y otros presos políticos quienes no han tenido un juicio justo.
Por ello se explica la huída de Rosales, Didalco, Lapi, Nixon Moreno y Oscar Pérez. Ledezma, Salas Feo, Pérez Vivas y Pablo Pérez no están dispuestos a arriesgar su libertad, por lo que hilan fino para enfrentar las actuaciones de la administración central.
Muntadhar Al Zeidi se catapultó, con su acción valiente, en potencial aspirante a regir los destinos de Irak; ahora falta que él lo desee. En Venezuela no hay un Muntadhar Al Zeidi que sea capaz de ejercer una acción con denuedo, aunque de pronto colegas como Argenis D'Arienzo y Miguel Ángel Rodríguez estén un poquito más cerca de actuaciones similares... quién sabe.
Todavía falta mucho camino por recorrer. Los adversarios al gobierno están como el ratón, que no puede salir de la cueva, porque el gato cubre la salida con su boca. Habrá que buscar la manera de mover al gato para que el roedor pueda salir de esa cueva...
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