Por: Oscar Andrade Espinoza
En toda la extensión de la geografía maracaibera, una serie de marañas de cables que se supone sirven para la conducción de la electricidad, son especie de adorno en las calles de la ciudad donde el sol calienta sartenes sin necesidad de ponerlas en la hornilla encendida de la cocina.
Los primeros días del mes, además del lunes 7 y el jueves 10, ocurrió algo jamás visto en los últimos años en Maracaibo: la energía eléctrica cesó y colocó en el genio de los marabinos esa ira caracterizada por recordatorios a la mamá de los mandamases del gobierno bolivariano, mismo que conduce los hilos de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), de la cual depende la inefable Enelven.
Según ha trascendido, en los últimos días la planta termoeléctrica de Tacoa (Vargas, ¿recuerdan el lugar donde se produjo la explosión que dejó decenas de muertes, en 1982?) ha tenido considerables fallas que han provocado el empleo de generación eléctrica desde Guri (Bolívar, al sur de Venezuela). Situación que presumiblemente ha sobrecargado las líneas, con lo que se determinó, el jueves 3, día del apagón nacional, el corte del servicio para evitar, según las autoridades eléctricas, sobrecalentamiento de las líneas.
Por otra parte, el presidente de Corpoelec, Hipólito Izquierdo, dijo en medios de difusión venezolanos que la demanda de electricidad ha crecido un veinticinco por ciento en los últimos cuatro años, al ubicarse en 2009 en 17 mil 234 megavatios.
Atribuye la anomalía en el servicio eléctrico a la desinversión en mejoras y rehabilitación de líneas y sistemas de generación, lo que ha incidido en deterioro de esas líneas y plantas generadoras, ante la falta de mantenimiento que ha imperado durante más de cuarenta años.
Como quiera que sea, los usuarios del servicio eléctrico, en Maracaibo, Cabimas, Ciudad Ojeda, Mene Grande, Bachaquero, Los Puertos de Altagracia, Tía Juana, Santa Rita, San Francisco, La Cañada y otras poblaciones zulianas, exigen a Enelven solventar con prontitud las demandas ciudadanas de restitución de la energía, cuando ocurra un apagón, además de atender los casos de fallas de electricidad, al ocurrir bajadas y subidas de voltaje, que han ocasionado daños a aparatos electrodomésticos.
Porque Pedro, María, Juana u Olegario no merecen perder su televisor, su nevera, su lavadora o su computadora, con esa subidera y bajadera del voltaje. COLÓQUENSE LAS PILAS, señores de Enelven.
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