Por: Oscar Andrade Espinoza
Ya van seis ciudadanos que piensan distinto al presidente venezolano, que deciden tomar el camino del Sur. Sin contar con Pedro Carmona Estanga, que se fue a Colombia y hoy en día dicta clases en ese país.
Primero fue Carlos Ortega (pero antes llegó a Colombia y luego a Costa Rica, de allí volvió a Venezuela, donde lo capturaron cantando bingo y después se fugó hacia el Sur). Le siguieron Eduardo Lapi, Manuel Rosales, Nixon Moreno, Didalco Bolívar y ahora Oscar Pérez (y por ahí pisan los talones Carlos Giménez, exgobernador de Yaracuy, el mismo que le ganó a Lapi y Eduardo Manuitt).
Perú es el país que ha recibido a estos seis venezolanos, quienes a pesar de no haberla tenido todas consigo para doblegar al gobierno que preside Hugo Chávez, se ha probado que son combativos, dentro de lo que cabe.
¿Será que además de estos seis, invadirán Perú Antonio Ledezma, César Pérez Vivas, Henrique Capriles Radonski, Morel Rodríguez, Henrique Fernando Salas Feo, Pablo Pérez y Leopoldo López?. Porque la "justicia" venezolana ha prometido castigar a éstos y otros ciudadanos que no comulguen con las ideas del "proceso".
Ahora falta que Simonovis, Lázaro Forero y Henry Vivas (condenados por los sucesos del 11 de abril) se fuguen como Ortega y Lapi y decidan tomar camino de Lima (¿permitirá eso Alan García? o dirá "hermanos, creo que hay otros países, por ejemplo Colombia, Costa Rica y Honduras").
Esa huidera de opositores envalentona al "proceso" y el jefe máximo queda a sus anchas. Y lo que queda de oposición ha contado con poco éxito para vencer al enemigo, debido a desaciertos como la manera de manejar la situación política (marchas que terminan en disturbios). Además de los reveses electorales, no ha habido fórmula ninguna para "mover el piso" al padre de la "revolución bonita".
En definitiva, esta oposición no se encuentra apta para decirle al presidente BASTA YA. Otros actores, que posiblemente surjan del "proceso", están llamados, en el futuro, a poner a morder el polvo al oficialismo. Así, los esperados cambios podrán concretarse en la patria de Simón Bolívar. ASÍ SEA.
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