SOBREUTILIZACIÓN DEL SIN
DEBILITA GENERACIÓN ELÉCTRICA
OSCAR ANDRADE ESPINOZA
Comunidades de Maracaibo, Cabimas, Punto Fijo, Barinas, Apure y otras en el occidente de Venezuela, debieron esperar hasta la medianoche del martes u horas más tarde para poder encender los aires acondicionados y dormir con tranquilidad. La "falla eléctrica" que afectó a veinte estados venezolanos se inició en la tarde del lunes con una serie de bajadas y subidas de voltaje, que amenazaban con "quemar" artefactos eléctricos.
En algunas localidades venezolanas cesó el fluido eléctrico a la 1:30 de la tarde; en otras, a esa misma hora, se vivió el episodio de protectores de voltaje con cambios en sus luces, que denotaban las peligrosas variaciones en el suministro eléctrico.
Lo demás es conocido: a las 4:30 de la tarde, en los sectores con fluctuaciones de voltaje, los aparatos dejaron de funcionar y era imposible encender las luces.
Muchas comunidades lograron recuperar la energía eléctrica antes de las siete de la noche del lunes; otras tantas, a las nueve. Los sufridos habitantes de Maracaibo que esperaron hasta la medianoche del martes para encender el aire acondicionado sudaron más que beduino en un desierto en horas del mediodía.
Generación en entredicho
Especialistas en el tema eléctrico aseguran que la falta de mantenimiento de las plantas de generación eléctrica han provocado la sobreutilización del Sistema Interconectado Nacional, que desde la represa de El Guri, estado Bolívar (Sur), suministra electricidad a lo largo y ancho de Venezuela.
El exvicepresidente de Enelven, Ciro Portillo, asevera que un factor agravante de la presente situación eléctrica es la deficiencia de las distintas plantas de generación térmica dispuestas en todo el país.
Al producir menos electricidad estas plantas de generación térmica, la demanda de energía desde la hidroeléctrica de El Guri es mayor, con lo que la presión sobre el SIN aumenta, colocando en riesgo el suministro eléctrico.
Cualquier evento, por pequeño que sea, coloca en peligro la prestación del servicio, debido a las deficiencias de las plantas eléctricas, tal como lo señala el ingeniero Portillo.
Por esa razón, las autoridades remedian la carencia de generación con racionamientos o "paradas programadas", actividades que si bien aminoran un eventual colapso del SIN, causan grandes molestias en las comunidades.
El temor ante un inminente colapso del servicio eléctrico en Venezuela está latente. A menos que el gobierno logre incorporar los megavatios suficientes para responder a la demanda que supera los 17 mil megavatios.
Pero durante doce años no se conoce sobre grandes inversiones para mantenimiento de plantas como la Arreaga (en Los Haticos, Maracaibo), Planta Centro, Termozulia u otras ni tampoco sobre la construcción de otras plantas térmicas para ganar más megavatios y evitar un posible (y no deseado) apagón eterno (Dios guarde).
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