lunes, 7 de diciembre de 2009

CADA DÍA NACE UN HUECO EN LAS CALLES DE MARACAIBO

OSCAR ANDRADE ESPINOZA
A pesar de los avances de la ciencia, todavía no se conoce el invento de un insumo de menor costo para reparar arterias viales, en ciudades que a cada momento sufren los rigores del deterioro de sus calles y avenidas.
Maracaibo, capital del estado Zulia, situada en la costa oeste del lago de Maracaibo, al Norte de Venezuela, no es la excepción. La segunda ciudad del país suramericano, con más de tres millones de habitantes, tiene calles y avenidas que es más fácil brincarlas que atravesarlas. Cada segundo, debido al deterioro del asfalto, nace un hueco, que a las semanas se convierte en cráter y después en un virtual abismo.
En primer lugar, los mentados huecos dejan en malas condiciones el tren delantero de los automóviles, pero al momento de abrirse troneras, las vías parecen puentes sin paso y a pesar de las demandas comunitarias, nadie, absolutamente nadie, responde.
Como muchas, la avenida 83, al Noroeste de Maracaibo, entre los barrios Rafael Urdaneta y Blanco, tan transitada por el transporte público urbano, tiene gran cantidad de huecos, pero el tramo ubicado entre las calles 61 y 62A produce dolores de cabeza a los choferes de las rutas Bajo Seco, El Mamón, Ruta Norte, taxistas y demás choferes que se olvidaron de la avenida 91, que atraviesa el sector Panamericano, entre La Conquista, Bajo Seco y barrio Blanco, porque esa vía fue cerrada con troncos al final de La Limpia, debido a la demora en la reparación del sistema de aguas negras.
Sin remedio, la 83 (en la gráfica) se convertirá en un abismo, a menos que las autoridades municipales, inmersas en la forzosa salida del alcalde titular y sin la certidumbre de elecciones para escoger al regidor local lo más pronto posible, hagan algo. PERO YA.


No hay comentarios: