El período de lluvias comienza a destrozar calles y avenidas en Maracaibo. A finales de mayo, conductores en diferentes barriadas han sido sorprendidos por "trampas" disfrazadas de piscinas de agua y barro, causando daños en trenes delanteros de autos que en muchos casos están desvencijados.
Quienes sufren más son los choferes de transporte público. Prestadores del servicio, a través de las rutas Curva-Mamón o Curva Bajo Seco y las busetas de la Curva-Mamón y Ruta Norte, son los primeros en pegar el grito al cielo. No encuentran la manera de evitar los cráteres y algunos vehículos han ido a dar con sus latas al taller, para ser objeto de reparaciones en el tren delantero y de esta forma desembolsar, los angustiados conductores, sumas que pueden fácilmente alcanzar los mil bolívares fuertes (un millón de los bolívares viejos).
Avenidas como la 91 (arriba) producen dolores de cabeza. Recientemente solventaron el problema generado por colectores dañados, que produjeron la abertura de hoyos en el medio de la arteria vial. Más de un año duró el inconveniente, hasta que las autoridades competentes ordenaron el remplazo de los colectores y el cierre de la vía con granzón y arena. Todavía no han asfaltado y he ahí las consecuencias: una vía repleta de lodo, virtualmente llena de huecos y desniveles, por donde antes transitaban los carritos de la Curva-Mamón y Curva-Bajo Seco (hoy lo hacen por la avenida 83). Los vecinos y conductores de ese sector claman por el asfaltado de la avenida situada entre los barrios La Conquista y Bajo Seco.
La avenida 83 (centro y abajo) no está mejor. La esquina con calle 60C y la vía al sector Panamericano luce un sinfín de huecos llenos de agua de lluvia y de barro, que atemorizan a los choferes. A dos cuadras de la calle 51 (corredor vial Cujicito-Ziruma) vía Bajo Seco y Panamericano, los valientes transportistas sortean los baches en ambos sentidos de la vía, amenazando con encaramarse en la acera, debido a la considerable profundidad de los fosos.
Si continúan las lluvias y no se busca una solución al problema, los choferes de las referidas rutas dejarán de prestar el servicio de transporte hacia estas comunidades marabinas. Algo debería hacer la Alcaldía de Maracaibo, la Gobernación del Zulia, el Ministerio de Obras Públicas y Vivienda (MOPVI), los consejos comunales o quien sea, en vez de estar peleando como perros y gatos.
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