Noventa días (tres meses) dura un cepillo dental en buenas condiciones, según recomendaciones de los odontólogos. Transcurrido ese tiempo, es preciso sustituir ese cepillo dental, para garantizar un correcto aseo de los dientes.
No obstante, este utensilio ha sufrido un notable incremento en su precio. Por ejemplo, en agosto de 2009 un cepillo dental costaba en promedio nueve bolívares; cuatro meses después, ese cepillo aumentó a doce bolívares. En la actualidad, hay que invertir entre 18 y 25 bolívares por este producto.
Antes de agosto de 2009, cualquier ser viviente en Venezuela podía contar con cinco, seis y hasta siete bolívares para comprar el cepillo de dientes. Desde ese momento para acá, los productos han visto aumentar su precio, sobre todo los que dependen de las divisas estadounidenses (como caso del cepillo dental), que antes de enero de 2010 costaban 2,15 cada una, sin embargo, dada la demora en la obtención de dólares a través de la Comisión Administradora de Divisas, los importadores procuran dólares en el mercado negro y por ello el gasto es mayor y en consecuencia se registran precios elevados.
Se creía que desde el aumento del precio del dólar, a 2,60 para productos de primera necesidad y a 4,30 para los suntuarios (donde se inscriben los cosméticos), se normalizaría la situación, aún así, por la tardanza en el otorgamiento de divisas a través de CADIVI, quienes venden productos apelan al mercado paralelo para evitar una escasez masiva y por ello, en lugar de bajar los precios (como se creía, con el ajuste del dólar), se observa un considerable incremento.
Nadie compra un champú por menos de 20 bolívares, ni un cepillo dental por menos de 18. A pesar de establecerse un control de administración de divisas, ha sido peor el remedio que la enfermedad. No se ha evitado el gradual aumento del precio de los cosméticos. Los dólares no llegan a tiempo y quien adquiera en el mercado paralelo debe invertir al menos ocho bolívares por cada dólar -casi el doble-.
En lo que respecta al cepillo dental, es de sugerir al alto gobierno que se den a la tarea de crear una "Misión Cepillín", una suerte de "Mercal" para los cepillos dentales y los cosméticos en general. Porque la comida no debería ser lo único menos costoso que debería haber en este país donde cada segundo sube el precio de los productos.
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