La culpa no es del ciego, sino del garrote
Faltó pitcheo y la directiva de las Águilas no procuraba la búsqueda de piezas que resolvieran los problemas de la lomita
OSCAR ANDRADE ESPINOZA
No es la primera vez que la gerencia de las Águilas del Zulia instrumenta el ensayo y el error, al momento de designar al mánager. La chequera ha tenido peso pluma al momento de decidir quién se haría cargo del equipo naranja, para enrrumbarlos hacia un campeonato, esquivo desde la campaña 1999-2000, cuando bajo el mando de Mark Bombard alcanzaron el triunfo del cuarto juego de la final en Valencia, sobre el Magallanes.
Desde entonces, caminos llenos de piedras y espinas debieron sortear los zulianos en las sucesivas campañas, pues ni siquiera alcanzaron la clasificación para el Round Robin.
Quienes están al frente de las Águilas del Zulia se atrevieron a experimentar con un inexperto Omer Muñoz como mánager de los rapaces, en la temporada 2001-2002, campeonato en el que los emplumados no lograron pasar al Round Robin, además de alcanzar menos de 30 victorias.
Debut y despedida de Muñoz, quien da un paso al costado para Rubén Amaro y Pompeyo Davalillo (meses después) se encargaran del team maracucho.
Durante dos temporadas, 2003-2004 y 2004-2005, tratando de reverdecer laureles, Pete Mac Kanin, campeón con Águilas en la 1988-1989, no pasó de campañas sin éxito ni oportunidad alguna para la semifinal.
Luis Salazar tomó el timón en la 2005-2006, sin lograr mayores cosas.
Eduardo Pérez durante una discusión con el árbitro Chris Bakke,
antes de una de sus tantas expulsiones.
Fue en la 2006-2007 cuando John Russell, al frente del conjunto zuliano, logró llevarlos al Round Robin, después de cinco campañas sin clasificar. Al año siguiente, compromisos con los Piratas de Pittsburgh (fue designado entonces mánager en ese equipo de Grandes Ligas) impidieron su regreso.
El testigo lo tomó en la 2007-2008 quien fuera el coach de pitcheo, Stan Cliburn, cuya campaña con Zulia fue tan nefasta que la novena naranja perdió 41 partidos; Cliburn fue despedido del conjunto y suplido por Leonel Carrión.
Las dos siguientes campañas le tocó a Eduardo Pérez, bisoño en las tareas de dirigir, situación que tomó en cuenta la directiva aguilucha, para una oferta monetaria "solidaria", porque Ryne Sandbergh (Hall of Fame) y Alfredo Pedrique resultaron costosos para las pretenciones de los mandamases naranjas, además de tener ambos algunos compromisos que impedían una dedicación exclusiva.
Si se compara a Pérez con Muñoz (el otro novato como mánager), al menos el excatcher de los Bravos de Atlanta, Tigres de Aragua y de las mismas Águilas logró clasificar a los zulianos en la 2008-2009 y 2009-2010 para el Round Robin.
Sin embargo, a pesar de esos logros, algunos desaciertos reflejados por Pérez, como el manejo del pitcheo, algunas estrategias como toques de pelota que no se dieron en el momento, entre otras, produjeron, sobre todo este año, que Zulia cayera derrotado en varios juegos, pese a llegar ganando por nueve carreras, por ejemplo, partidos que iban ganando 9 a 0 los llegaron a perder 11 a 10 (con Tiburones), otro con ventaja de 6 a 1 lo perdían 7 a 6 (con los mismos escualos) y uno que le iba ganando a Aragua 9 a 1 lo desperdiciaron al caer 10 a 9.
Pero la gota que colmó el vaso fue la actitud asumida por Pérez, cuando sacó de un partido (el 13 de enero, derrota 7 a 1 ante Caracas) al tercera base Kenny Pérez, por una mala jugada, al lanzar mal a la inicial. El entonces mánager zuliano tomó la decisión sustituyéndolo por Mario Lissón, pero Kenny se puso a discutir con su superior y se formó una cuasi-sampablera entre ambos. Ese episodio pesó para que los eficientes gerentes se desentendieran de Eduardo Pérez, lo llamaran y le dijeran, sin poner la cara, que cesaba en sus funciones de mánager.
Nuevos vientos de gerencia soplan en el coso naranja. Zulia ha logrado cinco campeonatos en Venezuela y dos Series del Caribe. Pero las fallas al momento de determinar quién será el mánager o en cuanto a la búsqueda de mejores elementos como lanzadores, son factores que condujeron a un nuevo fracaso de los aguiluchos, quienes no dicen presente en una final desde que quedaron campeones, hace diez años.
La gerencia de las Águilas del Zulia debe tomar en cuenta este episodio para hacer reflexiones y escoger con mayor tino al mánager de la venidera temporada, con miras, al menos, a una final. Además debe revisarse, llevar mejor pitcheo y "tapar los huecos" en la defensa, bien con algunos cambios, bien con intensificación de entrenamientos para repasar el ABC en el infield, donde se han escapado muchas victorias.
Nuevos vientos soplan...
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