Pero es más fácil desplumar mil gallinas en un segundo que un diálogo entre Chávez y Uribe para reanudar las relaciones bilaterales
Oscar Andrade Espinoza
Oscar Andrade Espinoza
La lamentable ruptura de relaciones comerciales, políticas y diplomáticas entre Venezuela y Colombia, aún cuando todo indica que la sangre no llegará al río, parece no tener solución a corto plazo.
Este jueves 26 de noviembre, en Manaos, Brasil, una reunión entre los presidentes de los países de Suramérica, agrupados en UNASUR, pretende debatir la búsqueda de soluciones para contrarrestar los cambios climáticos atribuidos al calentamiento global del planeta.
El presidente de Brasil, Luiz Inàcio Lula Da Silva, se planteó como reto, en el marco de esa asamblea, reunir en una misma mesa a los presidentes de Venezuela y Colombia, en procura de repetir lo acontecido hace veinte meses en Río de Janeiro, cuando atravesaban una crisis similar las relaciones entre ambos países. En aquel momento, un apretón de manos pareció borrar las tensiones entre Hugo Chávez y Álvaro Uribe.
En la actualidad, nadie apuesta a que ese episodio de Río se va a repetir, porque el jerarca venezolano se ha mostrado intransigente, pues se niega rotundamente a dialogar con su par colombiano, a menos que desinstalen las bases militares estadounidenses del vecino país, evento que no ocurrirá porque el presidente Uribe ha sido claro en que ese convenio se mantendrá para la lucha antidrogas en Colombia. De paso, las autoridades colombianas se rehúsan a tocar el tema, sólo se concretarán a tratar el tema ambiental.
Proliferarán los maleteros y pimpineros, ir a Maicao sin ser franqueado por la Policía de Colombia será difícil; resultará complicado, para los colombianos que laboran en San Antonio, Ureña o Sinamaica, entrar al país sin evitar ser sometidos a requisas por la Guardia Nacional.
Será en vano el esfuerzo de Lula, pero eso no significa que habrá guerra (al menos, así lo creemos).Nota: como se esperaba, no acudieron a la cita los presidentes de Colombia y Venezuela; esto demuestra la certeza de los comentarios antes vertidos. Nada fácil será recomponer las relaciones diplomáticas entre ambos países.
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