* Nadie apuesta a Zelaya. Ahora será juzgado.
* No retomará la presidencia, a pesar de haberse acordado, mediante convenio firmado, su regreso al poder.
* Porfirio Lobo (Partido Nacional) imparable en las encuestas para las elecciones del domingo 29.
* Estados Unidos reconocerá las elecciones, aunque el mundo entero (Venezuela incluida) no lo haga.
Oscar Andrade Espinoza
Manuel Zelaya Rosales no la tiene todas consigo. A pesar de haber echado el resto en los dos últimos dos meses, en procura de volver a asumir la presidencia de la República de Honduras, de la cual es legítimo titular, fuerzas ajenas a su voluntad y al país catracho impiden esa realidad.
Casi cinco meses han transcurrido desde el golpe de estado contra Zelaya, sin que se logre una salida para que asuma nuevamente funciones en la primera magistratura hondureña. Desde septiembre se refugia en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, para ejercer presión en pro de volver a ejercer la presidencia.
Desde el golpe de estado hasta el presente, se han estrellado contra las paredes del fracaso, la reunión en Costa Rica, entre el presidente de ese país, Oscar Arias y representantes de Mel Zelaya y el presidente llamado de facto, Roberto Micheletti (gráfica), y el acuerdo Tegucigalpa-San José Diálogo Guayamuras, que establecía la conformación de un gobierno de unidad nacional y el regreso de Zelaya a sus funciones presidenciales, siempre que el Congreso lo aprobara.
No obstante, el Congreso hondureño no se ha reunido y más bien recibirá la decisión de la Corte Suprema de Justicia de ese país, que imputó varios delitos a Zelaya, como traición a la patria, desobediencia a órdenes judiciales, violación de los deberes de los funcionarios y abuso de autoridad. Al tener en sus manos el dictamen del Tribunal, los parlamentarios tomarán en cuenta esa sentencia, para decidir la vuelta de Mel a la presidencia (muy cuesta arriba).
Por otra parte, el aspirante a la presidencia de Honduras por el Partido Nacional (contrario a Zelaya y a Micheletti), Porfirio Lobo, tiene la aceptación de los electores, según encuestas, para ganar el proceso comicial de este domingo 29, que tendrá el reconocimiento de Estados Unidos, aunque no el de muchos países, Venezuela incluido.
La nación gringa demuestra así que juega un doble papel, porque decía hace meses no reconocer al gobierno de Micheletti, pero ahora opta por respaldar el resultado de las elecciones presidenciales, aunque Zelaya no vuelva al poder, a pesar del rechazo y condena de la Asamblea General de la ONU y de la OEA al golpe de estado.
Ahora, Zelaya quedará preso, sin presidencia. Y el nuevo gobierno de Honduras -que asumiría en enero de 2010- corre el riesgo de no ser reconocido en el mundo (salvo por Estados Unidos). Así, el "imperio norteamericano" tiene la sartén por el mango.
Si ves las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo, Hugo...
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