El día que deje de fallar en Maracaibo la energía eléctrica, dijo Rodulfo Finol, haremos fiesta. No hay fecha en que no se apague el televisor, cuando Hermenegirda está pegada a la pantalla esperando "Mañana Es Para Siempre" o "Alma Indomable".
Pedrito tuvo que comenzar de nuevo un largo trabajo que le pidieron en el liceo, porque no lo guardó en la computadora que, de paso, una vez repuesto el servicio, no quería encender.
Lilia casi se muere de la rabia cuando sintió la plancha más "dura" de lo normal; es que el fluido eléctrico falló y tuvo que esperar hasta la noche para planchar el cerro de ropa que le esperaba.
Incomodidades a las que se acostumbraron los marabinos (o nos quieren acostumbrar), gracias a la falta de previsión y de inversión en los sistemas de generación y transmisión de electricidad.
Mientras que para países como Bolivia, el gobierno venezolano se desvive por una inversión cercana a los ochenta millones de dólares, para mejoras en el
sistema eléctrico de la patria de Evo.
A Bolivia irán a dar los maracuchos, primero, por el calor, porque la electricidad que mueve al ventilador o al aire acondicionado falló y segundo, porque allá hace frío. Ah, en tercer lugar, por razones obvias, porque el gobierno de mi país, tu país, le mete plata a Bolivia para mejorar la electricidad y entonces, los habitantes de Maracaibo preferirían ir a vivir allá... no, en lo que a mí respeta, como dice la canción: "yo me quedo en Venezuela, porque yo soy optimista". REPAREN EL SISTEMA ELÉCTRICO, AQUÍ EN VENEZUELA, POR FAVOR. ¿Hasta cuándo?. (Con foto de www.llamita.com)
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