lunes, 3 de mayo de 2010

CRÍMENES SIN RESOLVERSE SON LOS QUE LA FISCALÍA DEBERÍA INVESTIGAR

OSCAR ANDRADE ESPINOZA
La Unidad Criminalística del Ministerio Público, que contará con equipos de última generación tecnológica y servirá para establecer pesquisas sobre casos de crímenes y averiguaciones a funcionarios policiales acusados de ciertas irregularidades en los procesos que investigan; tendrá un estreno "auspicioso". La titular del despacho del Ministerio Público, Luisa Ortega Díaz (foto), anunció en fecha reciente que  el primer caso a procesarse en esa Unidad será la muerte de El Libertador Simón Bolívar.
El adalid de América, nacido en Caracas, un 24 de julio de 1783, dejó este mundo un 17 de diciembre de 1830. Exactamente hace ciento setenta y nueve años, cuatro meses y diecisiete días. Tiempo durante el cual debe haber ocurrido una serie de crímenes, muchos de los cuales no han sido resueltos.
Ese afán de saber si Bolívar murió por causa natural o fue asesinado surge de una inquietud expresada hace dos años por el presidente Hugo Chávez, quien se fundamenta en investigaciones como la de un profesor norteamericano, según las cuales El Libertador habría fallecido envenenado, a través de una sustancia que se le suministraba de manera sumamente dosificada, en minúsculas cantidades, de manera que fuese imperceptible, sustancia que bien podría ser arsénico.
Dice la fiscal general que para ella "sería un gran honor, un gran orgullo" investigar ese caso, en alusión al presunto asesinato de Bolívar.
Crímenes han ocurrido muchos, en Venezuela. El caso Carmona; el del sacerdote acusado de ultimar a su hermana; el de la muerte de un niño llamado "Macho González", hallado sin vida en un pozo; son tantos crímenes sin resolverse que muchos escapan a la memoria, por ser de antigua fecha.
Pero recordemos algunos de reciente data. Danilo Ánderson, fiscal cuarto de Ambiente, quien llegó a investigar las muertes ocurridas el 11 de abril de 2002 en Caracas, durante una manifestación opositora que se destinaba a Miraflores. Dos años y medio después, en octubre de 2004, su camioneta estalló en mil pedazos, al activarse en su interior un artefacto explosivo. Ánderson yacía en ese instante y hasta el sol de hoy nadie sabe quien ordenó su deceso.
Edwin "El Inca" Valero, boxeador con extraordinario récord (27 peleas ganadas, todas por nocáut, invicto, campeón mundial), quien después de dar muerte a su compañera, perdió la vida en extrañas circunstancias. ¿Se suicidó?, como lo dice la prensa, como lo aseguran las autoridades de la Policía de Carabobo, donde estaba recluido luego de ultimar a su esposa, en el interior de una habitación de hotel, en Valencia. ¿O fue asesinado?, como lo indican sus familiares.
El historiador zuliano Luis Guillermo Hernández es otro caso emblemático, ubicado en Maracaibo. Al creador del Diccionario General del Zulia, para quitarle los pocos enseres que tenía, le propinaron puñaladas hasta dejarlo muerto, en el sector Veritas, en su casa. No se sabe quién lo mató en octubre de 2009 y todo parece indicar que su muerte quedará impune.
Éstos y otros casos sin resolverse son los que la Unidad Criminalística del Ministerio Público debe investigar. (Foto de aporrea.org).

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