domingo, 16 de noviembre de 2008

Tips de Economía

Según las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística, dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Planificación y Desarrollo, la Canasta Alimentaria Normativa venezolana ascendió para agosto del presente año a 802,50 bolívares fuertes -802 mil 50 bolívares de “aquellos”, como diría Eladio Lárez, conductor de “¿Quien Quiere Ser Millonario?”-.

Pero el Centro de Documentación y Análisis –CENDA- a través de su presidente, economista Oscar Meza, asegura que la Canasta Alimentaria cerró en octubre a 1 mil 514, 83 bolívares fuertes –un millón 514 mil bolívares de los de antaño-.

En el primer caso, quien devengue salario mínimo requerirá 3,50 bolívares fuertes para completar el valor de la Canasta Alimentaria Normativa.

Si son reales los números ofrecidos por el economista Oscar Meza, 715,83 bolívares fuertes –casi un salario mínimo- necesita el trabajador para costear esa Canasta Alimentaria. Datos económicos de sitios web del Instituto Nacional de Economía y Noticias 24, sección Economía.


Richard Páez al filo de la navaja
Por: Oscar Andrade Espinoza
El actual director técnico de Alianza Lima vive uno de los momentos más difíciles de su carrera. Aficionados de este onceno, ubicado actualmente en el puesto doce de la tabla acumulada de posiciones del campeonato de fútbol peruano de primera división –antepenúltimos-, invadieron la cancha a mediados de semana, donde jugadores y entrenador realizaban la práctica, para amenazarlos con acciones drásticas, en caso de no ganar los restantes seis partidos en el clausura de 2008.
Richard Páez Monzón fue técnico de la selección de Venezuela, desde el 2001 hasta finales de 2007, cuando declinó ante improperios pronunciados por aficionados en San Cristóbal, andes venezolanos, quienes lo cuestionaron por no sacar del juego contra Bolivia en las eliminatorias suramericanas (victoria 5-3) a su hijo, Ricardo David Páez.
Páez Monzón convirtió a la selección suramericana en un exitoso equipo capaz de doblegar a cuatro equipos de manera consecutiva, en el 2001, Uruguay, Perú, Paraguay y Chile, con lo que se ganó la etiqueta de “la Vinotinto”.
Esta performance permitió logros publicitarios que propiciaron mayor promoción del onceno venezolano, para obtener el apoyo de los aficionados que luego siguieron con mayor avidez la actuación vinotinto.
A destacar, en esta etapa, victoria de Venezuela en Colombia, 0-1, con gol de Juan Arango; el 0-3 ante Uruguay, que produjo la salida del técnico charrúa, Juan Ramón Carrasco. Victoria ante Ecuador, 3-1, en San Cristóbal y ante Perú, 4-1, en Maracaibo, resultados que combinados con otros menos favorables situaron a los vinotintos en el octavo escaño, en las eliminatorias hacia Alemania 2006.
Esa fama de técnico triunfador trascendió fronteras y la junta directiva de Alianza Lima lo contrató en una etapa donde el conjunto blanquiazul transitaba las últimas posiciones en el apertura.
En la actualidad pesan como la cruz que cargó Jesucristo rumbo al calvario, las tres derrotas consecutivas escenificadas en las tres últimas fechas del campeonato, ante Melgar, Universidad César Vallejo y Universidad San Martín.
Con impaciencia, en cada juego, los hinchas aliancistas entonan cánticos amenazadores, no sólo hacia Páez sino también hacia su hijo, el jugador del mediocampo del conjunto limeño, Ricardo David Páez, así como hacia el resto del equipo.
A las puertas del descenso el conjunto limeño. Ya cayó Sport Boys –último de la tabla-, que espera al otro equipo que lo acompañará a la segunda división. ¿Logrará Richard Páez el milagro de la salvación?. ¿O los fanáticos del Alianza serán capaces de una mayor y radical presión, si el conjunto capitalino cae de nuevo?. Se trata de una carrera contra el tiempo la que librará el técnico nacido en Mérida, cordillera andina venezolana. Se espera que Páez se crezca en esta nueva etapa crítica del blanquiazul.
Ánimo, Richard
Quien fuera jugador del Alianza Lima en la década de los 70’s, Teófilo Cubillas, se reunió con los integrantes del onceno para tratar de alentarlos y hacerles el llamado para que no se aflijan y que se entreguen en un 120 por ciento, con miras a lograr la victoria en los sucesivos partidos.
Opinó de manera favorable sobre Richard Páez, al manifestar que el merideño tiene su valor y añadir que quienes pierden los partidos son los jugadores, no los técnicos.

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