lunes, 25 de julio de 2011

CASAS MUERTAS
OSCAR ANDRADE ESPINOZA
No nos vamos a referir a la laureada novela del escritor y periodista venezolano, Miguel Otero Silva. En esta ocasión se tocará el tema de unas casas de barro, que por la acción de la lluvia o del descuido han cedido y se han derrumbado.
Santa Ana de Coro, capital del estado Falcón, ubicado al Norte de Venezuela, colindante con el mar Caribe, vive prácticamente el mismo panorama que el Ortiz de Otero Silva, ciudad del llanero y central estado Guárico que decayó en tiempos de Gómez, de acuerdo con el relato de Casas Muertas.
Y es que en Coro están levantadas muchas viviendas construidas con barro, circunstancia tomada en cuenta por la UNESCO para declarar, un 9 de diciembre de 1993, a la ciudad mariana como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Ese boom propició de manera paulatina la visita de ciudadanos de otros estados y países. El casco central llegó a ver a gentes con mochilas en las espaldas, de pelo amarillo, venidos muchos de Europa, a conocer las casas de barro y la Cruz de San Clemente, cuya plaza ha sido restaurada en diversas ocasiones para hacerla más atractiva a los ojos de quienes la visitan.
A pesar de la declaratoria patrimonial de Santa Ana de Coro, nada ha podido hacerse para mantener en óptimo estado las viviendas y estructuras construidas con barro; muchas han cedido al paso del tiempo, al descuido, a la falta de recursos para repararlas. A finales del año pasado, las torrenciales lluvias acaecidas en la capital falconiana virtualmente le dieron una estocada a esas edificaciones, al punto que llegaron a contarse cerca de 150 casas y construcciones derrumbadas.
Este martes 26 de julio, la muy querida ciudad de Coro apagará 484 velas. En recuerdo de su fundación, con el encuentro de Juan de Ampíes y el cacique Manaure, quienes rigen los destinos de esta urbe patrimonial (la única en Venezuela) deben sentarse, convocar al pueblo, a la sociedad civil organizada y a los expertos en el tema patrimonial y de la arquitectura de barro (motivo de la declaratoria) para establecer de una vez por todas un plan de acción dirigido a recuperar las estructuras de barro y elaborar un cronograma de manteniento de esas estructura.
Que se evite la pérdida de esa declaratoria por la inacción de quienes deben velar por las mejoras de esas casas y edificios de barro.
Las fotos se ubican, arriba, casa situada en la calle Bolívar, entre Garcés y la calle que pasa frente a la Plaza Falcón; y abajo, otra estructura en la calle Bolívar, a pocos metros de la calle Buchivacoa, ambas casas en el centro de la ciudad.

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