La actividad petrolera ha sido una bendición para la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, porque a través de ésta se han instalado muchas empresas contratistas. La prosperidad llegó a urbes como Ciudad Ojeda, Tía Juana y Cabimas, con todo y algunas fallas en servicios públicos, pero justamente esa labor de extraer el petróleo potenció los ingresos, vía impuestos, a las municipalidades de la subregión.
Pero la medida del gobierno nacional, de tomar las contratistas y anexarlas a Petróleos de Venezuela, deja sin oxígeno a Lagunillas, Baralt, Valmore Rodríguez, Santa Rita, Cabimas, Tía Juana y Miranda, porque, al quitar las empresas a sus legítimos dueños, pasan a la Industria y por lo tanto, se reduce de manera significativa la posibilidad de percibir los impuestos que pagaban las contratistas.
Una generación de mendigos surgirá en los siete municipios mencionados, porque prácticamente la única entrada que éstos tenían eran los referidos tributos, pero ¿será que PDVSA irá a cancelar esos impuestos que antes pagaban las contratistas?.
Más de ocho mil trabajadores petroleros se ven afectados, muchos de ellos han manifestado durante la semana, con tomas de avenidas en Ciudad Ojeda, exigiendo respuesta para garantizarle el empleo a todos.
Ah, sin contar con que no percibirán la misma remuneración de antes, se tendrán que conformar con los 879 bolívares de salario mínimo.
Lo grave es que al municipio Lagunillas le deben más de 45 millones de bolívares, a través de PDVSA.
El presidente de la Asociación de Comerciantes de Industriales de Lagunillas, Lucas Martínez, plantea como posible solucion al problema, que el gobierno devuelva las empresas contratistas a sus dueños, para que se pueda garantizar el cobro de los impuestos en beneficio de los siete municipios de la COL.
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