viernes, 31 de julio de 2009

GENERACIÓN DE EUNUCOS

Nueva Ley Mordaza convertirá el ejercicio del periodismo en caricatura

Por: Oscar Andrade Espinoza
Dos meses después, es inevitable la reacción. La abogada, hija de un periodista y luchador social izquierdista, actualmente jefa de todos los fiscales del país, hace caso de las palabras del Jefe: "señora fiscal, señora presidenta del Tribunal Supremo, cumplan con su obligación, porque para eso están ahí, de lo contrario, renuncien".
El Líder revolucionario hizo esas expresiones durante un Aló Presidente, exigiendo también al ministro de Obras Públicas y Vivienda, Diosdado Cabello, revisar el caso de Globovisión y la aplicación de sanciones a ese medio de comunicación, porque el periodista que tuvo el tupé de declarar en ese mismo canal que al Presidente le sucedería lo mismo que a Mussolini (moriría colgado) sigue libre y la empresa televisora no ha sido castigada ejemplarmente, según Chávez.


Luisa Ortega Díaz, fiscal general de la Nación, está cumpliendo con su obligación. Ya presentó el anteproyecto de Ley contra Delitos Mediáticos. Ese instrumento legal que será revisado (y con toda seguridad aprobado) en la Asamblea Nacional (la mayoría es bolivariana y del proceso) hace referencia a penas de prisión para quienes (así sean periodistas, productores independientes, locutores, directores de medios, etcétera) difundan noticias falsas que causen grave alteración de la tranquilidad pública, pánico, zozobra, alteración del orden público o perjuicio a los intereses del Estado.
Castigarán a quienes también manipulen o tergiversen las noticias, lesionen la paz social, la seguridad nacional, el orden público, la salud mental y la moral pública.
En años anteriores, antes de la llegada del Comandante Presidente, se abrió la posibilidad de leyes mordazas, recuerden una en particular, en el segundo gobierno de Rafael Caldera, cuestionada por los medios para que no llegara a prosperar. Se pretendía entonces resguardar el honor y buen nombre de ciertos personeros públicos. Parece mentira, pero con este gobierno las leyes punitivas a la comunicación han prosperado (la Ley Resorte, la próxima reforma a la Ley de Telecomunicaciones y ahora esta proyecto de Ley contra Delitos Mediáticos).
Si llega a prosperar esta Ley, los periodistas no podremos dar a conocer las cifras de criminalidad ni el número de muertos los fines de semana, porque podríamos alterar la tranquilidad pública, crear pánico, zozobra y hasta lesionar la paz social.
No será posible presentar puntos de vista contrarios en extremo a la postura oficialista, porque sencillamente se corre el riesgo de perjudicar los intereses del Estado. En los casos de declaraciones políticas, hay que tener cuidado, porque se corre el riesgo de ser tildadas esas declaraciones de tergiversadas y por ello se incurre en delito.
Lo cumbre es que esta Ley virtualmente choca contra dos artículos de la Constitución vigente, el 57 y el 58, sobre la libertad de expresión o la información veraz, oportuna e imparcial sin censura, pero ante las infracciones planteadas en el proyecto legal, nadie se atreverá a abrir la boca, será complicado hacer encuestas y buscar opiniones ante los ciudadanos, porque tendrán miedo de caer presos si cometen algún delito contemplado en esta Ley al declarar.
¿Cómo podrá ejercerse de manera libre el periodismo?. Tarea difícil, de prosperar la Ley contra los Delitos Mediáticos, que, démoslo por descontado, será aprobada en el Parlamento Nacional.
A CALLAR LA BOCA, toca, convertirnos en focas amaestradas y no hablar de más, porque cuatro años tras las rejas nos esperan... (con foto de www.expresionlibre.org.ve)

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